lunes, 30 de noviembre de 2009

Presentación

Anunciamos a los lectores la publicación de nuestro libro de poesía En la ebriedad del bosque cuya motivación y un extracto del prólogo pueden leerse más abajo.
El libro, editado por:
EDICIONES Y ARTE, S. A.
Asunción   -  Paraguay
está en las librerías desde enero de 2010. Confiamos en una magnífica acogida por parte de todo amante de la poesía. Una muestra de la orientación poética impulsada por sus autores, así como su perfil literario se presentan a continuación.

Dirección para PEDIDOS: ebriedaddelbosque@hotmail.com

Motivación

              Asistimos hoy a una explosión creativa cuyos frutos inundan los foros poéticos de Internet. En unos casos el alejamiento de las estructuras versales y estróficas tradicionales alcanzan un hito en los epígonos del realismo sucio, que se desvincula del lenguaje poético habitual y que rechaza en éste todos los ingredientes que lo habían conformado como tal hasta la fecha. En otros casos, se frecuenta una notable exasperación expresiva o se exhibe un exacerbado manierismo como forma espuria para ajustarse a un clasicismo métrico y estilístico que suele dejar vacío el contenido del poema.
             La presente antología recoge una significativa muestra del esfuerzo por preservar el ritmo silábico y, sin que el contenido del poema se resienta, salvaguardar algunas estructuras clásicas, pero no como mera mímesis neoclásica, sino con una voluntad formal experimentadora y libre. Son en este sentido frecuentes en ella, por ejemplo, los sonetos blancos y los sonetos con una fuerte distorsión métrica o rímica, respecto al modelo clásico.
Procedentes de Francia, España, Paraguay y Brasil, los cuatro autores antologados —por su concepción estética de la palabra— se aúnan no sólo para vindicar esa visión aludida de la poesía como ritmo, sino a través del conocimiento de las propuestas de la web debido a su decidido compromiso de participación en algunos de estos ámbitos literarios. Su propuesta poética forma un corpus unitario, dentro del natural paralaje que proporciona el estilo personal y las diferencias culturales del país de procedencia de los autores, cuya puesta en común esperamos que sea altamente enriquecedora para el conjunto de la obra.
             Su temática, vinculada —como no podía ser de otro modo—a las experiencias vitales de los poetas, se refiere al sentimiento del hombre frente a la realidad. Es significativo el tema amoroso, generalmente planteado como pérdida, como anhelo truncado. Otras veces, laten en el poema otros valores antropológicos como la fugacidad del tiempo o la trascendencia de la palabra.
             Los temas propuestos y su andamiaje formal no persiguen un magisterio expreso que no sea lo que se desprenda de la lógica de su contenido. Sin embargo, y más allá de la invitación a la lectura, sus autores aspiran a dar a conocer su obra como un referente de lo que hoy se comparte en Internet en cuanto a creación poética.

Los autores

Semblanza de los autores

La poesía aportada por el español Felipe Fuentes García es una poesía propia de la madurez de un poeta. A la búsqueda de la palabra adecuada para cada verso, encuentra milagrosamente la palabra poética. La palabra perdurable, capaz de encerrar en una composición tan estricta como el soneto toda la acertada adecuación del poema.
Su poesía es una poesía fuertemente interiorizada, incluso intelectualizada, en la que la que se percibe el latido del abandono y la preocupación por lo trascendente. Sin embargo, pese ese a ello es comprensible y evocadora más allá de la clave del autor. No hay nada de oscurantismo en ella y la limpieza de sus imágenes y metáforas impacta fácilmente en el lector. Una poesía de "las experiencias" más allá de lo impostado y de lo imaginado. En definitiva, su poesía es sólo la vida. Con pocas concesiones a lo superfluo, con una imaginería sería y absolutamente definitiva que le hace decir "...la luz se adelgazaba lentamente en el hondón del tiempo, tú todavía cabías en sus ojos..." cuando evoca el atardecer simbólico de ese temporalismo de la vida, con la que resume toda una intención existencial.
Autor de varios libros de poesía, nos deja en En la ebriedad del bosque una cuidadosa y acertada síntesis de su quehacer poético.

El paraguayo Óscar Distéfano Miers es para mí todo un descubrimiento. Inmerso en una poesía amorosa frecuentemente desarraigada, su poesía está plena de un discurso centellenate. Con una retórica quasiclásica escribe una poesía de "lo moderno". Es la suya esa rememoración de lo consciente en la que consigue una intemporalidad que recuerda lo dejà entendu pero que acaba por invocar una realidad polimorfa. Su cuidado léxico, con entrañables aportaciones de ese americanismo tan querido y tan apreciado por los lectores españoles, lo convierte en un poeta de la exquisitez.
Su poesía demuestra tanto la sensibilidad artística de un creador como el profundo conocimiento de la recursiva poética de un experto. Sin embargo, Óscar Distéfano se sirve fundadamente del metro clásico para la expresión de su poesía. Los sonetos que aporta a esta antología, no sólo son métricamente consecuentes sino que, además, los adecua a esa modernidad del mensaje que los convierte en sonetos totalmente actuales.

Tania Corrêa Alegría, brasileña de origen pero residente en Lisboa (Portugal), tiene la habilidad de manejar la estrofa clásica con una soltura poco habitual. Pero su poesía, lejos de parecer añeja o impostada, tiene esa lozanía de la verdad, de lo verdadero y de lo sentido. Poesía ante todo de lo amoroso y por tanto de lo intemporal, crea en sus poemas una atmósfera amablemente poética, plena de realidad. No hay nada de disarmónico en ella, nada que recuerde lo imaginado, más allá de la clave de la propia autora. Es decir, su poesía tiene el acierto de hacernos vivir lo deseado como si fuera nuestra propia realidad.
Poseedora de un excelente conocimiento técnico de la retórica, deja en la En la ebriedad del bosque poemas de una complejidad técnica que está al alcance tan sólo de los estudiosos del ritmo.

La voz poética de Dominique Jollivet, que escribe bajo el pseudónimo de Venezia Lesseps, traza en la superficie textual un dibujo de exquisitos matices de luz y sombra, de entrañables imágenes conceptuales, de sonidos armónicos que se se deslizan entre la tenue sutileza de un murmullo hasta el acorde del grito.
Orfebre de la palabra, Dominique emplea un léxico lujurioso, con vocablos cuidadosamente elegidos e insertados en los versos como diamantes en una joya. Y, como en las joyas, las piedras preciosas de su léxico fulgurante se ajustan y alinean, siendo los recursos de retórica afilados con emero para servirle de cinceles. Su mensaje, intimista y personalísimo, es igualmente valioso, fruto de una visión penetrante y perspicaz, que alcanza horizontes lejanos y los captura para albergarlos en su foro íntimo y traducirlos conformados por los procesos metamórficos de la intención poética.
Con manos de artista manejando una pluma empapada de tonalidades sensoriales e intelectuales Dominique Jollivet crea mundos o muestra al lector los mundos sólo visibles para quienes ven con ojos de esteta. Se expresa con igual elegancia en las formas clásicas como en innovadoras maneras de trabajar el soneto en versos polimétricos de impecable armonía. Poco asidua al verso libre, administra sabiamente el metro en las composiciones en versos polimétricos blancos, pautadas por el ritmo acentual que garantiza su musicalidad.
En breves líneas no fue posible más que señalar algunas de las claves que hacen vibrante y cristalina la entonación de la voz poética de Dominique Jollivet. En el conjunto de la obra con que participa en esta antología está evidenciando el dominio de la técnica y la vena del esteticismo: la poesía de una artista.

Concluyendo. El lector encontrará en En la ebriedad del bosque una excelente colección poética que pretende ser una muestra del quehacer literario de sus autores, pero sobre todo, un notable ejemplo de la poesía que actualmente viene publicándose en Internet y que ha sido uno de los acicates para la publicación de este libro.

Prólogo

              Cuando mis amigos, los participantes en este libro conformado como una antología de cuatro poetas, me invitaron a prologar su obra, mi primer sentimiento, como no podría ser de otro modo, fue de agradecimiento y mi primera reflexión la de pensar si una nueva antología era oportuna. Es decir, sencillamente, si una nueva antología iba a aportar algo nuevo a este mundo proceloso de la creación poética.

              Si como ha dicho algún crítico literario, “una antología no es más que un error”, la poesía, o más bien la historia de la poesía en español de los últimos 50 años, está francamente plagada de errores. Aunque algo de cierto pueda haber en tan arriesgada afirmación, lo innegable es que las antologías poéticas cumplieron y siguen cumpliendo su misión. Si vamos a hacer caso de otro crítico, la historia de la creación poética en el español de los últimos 50 años no se entendería si no se contemplara como “una historia de las sucesivas antologías de poesía”. Por tanto, una antología no tiene por que ser necesariamente un error. Al menos no lo es como pecado original. Otra cosa es la excelsa divagación al uso. O, tal vez, ese abuso que hace concebir muchas antologías como una variopinta reunión de "poesía de mujeres","poesía de adolescentes","poesía de poetas letraheridos","poesía de género","plagiarios y amantes del fanfic","anarcopoetas","culturalismo poético","prosaísmo lírico","poesía del irracionalismo cognitivo" y un largo etcétera.... que a duras penas y en el mejor de los casos, la mayor novedad que aportan no es más que un sencillo listado.
              Cuando una antología en la que participan varios autores, lo que trata es de fijar el canon, es decir, de fijar las reglas de su propia concepción literaria, no sólo es procedente, sino que incluso puede servir como arranque o basamento de toda una poética, sin discutir si ésta será viable o no.
Pero en este siglo XXI, en el que la globalización de nuestro mundo también ha llegado a la literatura y por supuesto a la poesía, la concepción de una antología ha llegado a tener un concepto diferente. Y algo tiene que ver en esto la inmediatez de la palabra que conlleva la existencia de Internet, frecuentemente denominada "red de redes". Ahora podemos hablar con toda tranquilidad de poesía en español sin ninguna barrera. Ni nacional, ni política, ni religiosa, ni otras. Un poeta español se ve retratado en la poesía de un chileno, paraguayo o argentino como si lo hiciera con su compañero de la esquina. Frecuentemente y durante algún tiempo, ni siquiera conoce su nacionalidad. Esta inmediatez de la comunicación que representa Internet hace que las influencias mutuas viajen a la velocidad de la luz y, a su vez, favorece que se formen nuevos grupos evolutivos en poesía que apenas se conocen si no es a través de sus propias producciones literarias. Los autores terminan reuniéndose según sus "afinidades electivas", como en el famoso título de la novela de Goethe. Lejos del rechazo que hasta hace poco tiempo sentían los poetas consagrados para ofrecer sus obras en la red, en la actualidad Internet ha entrado de lleno en ese selecto mercado. Porque es notorio que un libro de poesía tiene muchos miles o cientos de miles de potenciales lectores en este medio, cuando frecuentemente y en el mejor de los casos, la poesía en papel no pasaría de varios centenares. Hoy por hoy, hay en Internet muchos miles de blogs literarios, páginas web, foros de opinión, etc. que ofrecen al lector su producciones. Tantos, que frecuentemente no dejan ver la luz a través de sus sombras, pero entre tanta hojarasca uno se encuentra frecuentemente con la sorpresa de encontrar un poeta. Sencillamente, la publicación en Internet, tanto sea en un blog o bitácora para los hispanohablantes, como en un E-book o libro electrónico, ya no es el futuro sino el más riguroso presente. El aldabonazo de las conciencias editoriales lo dio definitivamente Stephen Hawking con su Historia del Tiempo vendiendo varios millones de ejemplares en su formato E-book en pocos meses.
              Pero lo que realmente ha aportado Internet ha sido un nuevo concepto de la poética revolucionando la retórica clásica más allá del propio lenguaje o superando el lenguaje. Es decir, más allá de los tropos y figuras retóricas clásicas propias del llamado lenguaje poético, Internet ha añadido su propia retórica. La versatilidad del medio ha dado lugar a nuevos preceptos formales, introduciendo el sonido, el movimiento del verso, el color, la disposición versal, etc., como aditamentos de gran valor polisémico dando lugar a una pequeña revolución de la poesía. Definitivamente, Internet a venido a hacer presente y lícito lo aconvencional. Numerosos ensayos, artículos e incluso tratados de Teoría de la Literatura han estudiado este universo de la forma que yo llamo aconvencional y que desde la libertad creativa viene buscando nuevos caminos estéticos desde los últimos 100 años. Sin duda, desde las vanguardias de los años 20 del pasado siglo se ha gastado mucho papel, mucha tinta y mucha experimentación estética hasta llegar a colocar la disposición versal en los últimos límites de la retórica. Pero con Internet, muchas escuelas han renacido y han encontrado su medio idóneo. Por no alargar demasiado este prólogo, sólo cito los movimientos poéticos que vienen revitalizándose con estas nuevas técnicas: el concretismo, el letrismo, el espacialismo, la poesía evolutiva, el cinetismo, la poesía fonética, el conceptualismo, la poesía cibernética, la poesía semántica, la poesía biblioclasta, la poesía sonora, la poesía visual y un largo etcétera han encontrado en Internet su medio propio. Un medio que se diría inventado para ellos. En muchos casos estos intentos no han pasado de ser verdaderos cul de sac que pueden no llevar a ninguna parte, pero otros, tomando tal vez como base la poesía visual han conseguido y vienen consiguiendo importantes logros. Pero también se ha puesto de manifiesto que la mayoría de la poesía de Internet, o que se publica en Internet, para muchos, muchísimos sólo ha llegado a ser un divertimento, una especie de terapia de la soledad para desocupados, a los que no les preocupa tanto la calidad como la calidez de ser acogidos como amigos o compañeros en un determinado grupo humano. La falta de la más absoluta preparación técnica ha llevado a muchos a llamar poesía a cualquier cosa, haciendo del Internet literario un galimatías absolutamente heterogéneo. Pese a las buenas intenciones, el resultado es un terminal que a veces puede parecerse bastante a un basurero poético. Pero junto ha estos existe una una selección de verdaderos poetas.
              Sin embargo y tomando prestado un título de Borges, sigue existiendo la "sacralidad de libro" en papel. Para un poeta su poesía es un libro, incluso con sus conocidas limitaciones. Un libro sagrado, como lo concebiría Borges en sus conferencias charlas sobre la cabala.
             Lo primero que me ha llamado la atención en la lectura de En la ebriedad del bosque ha sido la comunión de las coordenadas íntimas de sus autores. La aparente disparidad regional, con cuatro poetas de dos continentes y cuatro nacionalidades diferentes, aparece en este libro como una pura anécdota. No es necesario que añada que muchos de los poemas de este libro han sido concebidos y, algunos, publicados en Internet. Se trata, pues, de poetas que publican en Internet parte de su producción literaria, aunque otra parte esté asentada en el libro clásico y colocada en los anaqueles de alguna biblioteca. Me consta, obviamente, que esta antología fue concebida por sus autores, primero, como un alegato en defensa del verso acentual. No se trataba de desechar otros ritmos. De lo que se trataba era de defender aquél, como vehículo adecuado para crear esa belleza del lenguaje que un lector puede percibir como eso que conocemos con el hermoso nombre emoción poética. Creo que todos estamos de acuerdo en que sin ritmo no hay poesía. Y que la emoción artística que produce la comprensión o la resonancia de lo poético en el lector, nada tiene que ver con el sentimiento que pueda surgir ante la lectura de una prosa por muy poética que esta sea. Yo, como muchos, nunca he creído en el panteísmo de la poesía y estimo que la poesía reside en ese adecuado mensaje que muchos lingüístas tratan afanosamente de desentrañar y al que dan el rimbombante apellido de lenguaje poético. O tal vez, como dijo otro autor, la poesía resida en ese silencio que queda después de quitarle las palabras al poema. Sin duda, un profundo pensamiento.
              Yo tengo que decir que me he emocionado ante la lectura de muchos de los poemas de este libro y que para mí son poesía. Sin embargo, se hace evidente, con un somero ojeo a estas páginas, que el guiño a lo visual está presente. Lejos de algunas poéticas del momento, los cuatro autores basan la suya en un entronque clásico pero en el que no deja de percibirse una lucha por una vaga perversión del metro y de la estrofa. No se encontrará, sin embargo, nada que huela a versolibrismo estricto en este libro. La retórica clásica es la fuente de la que se nutren sus poemas. Sin negar la vigencia del coloquialismo y prosaísmo como herramientas retóricas lícitas en poesía, ellos prescinden voluntariamente de ellas. El epigonismo de Bukowski y Carver, tan extendido en nuestros días, o no ha contaminado a nuestros autores o sencillamente lo rechazan. Ajenos al sucismo en boga, su poesía reivindica de nuevo los temas trascendentes, que se tratan de modo sencillo, sin la impostura y el engolamiento de otros autores.
              En definitiva, en este libro se tiende un lejano puente de regreso al inmediato pasado y se tratan de revitalizar las recetas de siempre con formatos actuales. Y creo que se ha conseguido. Habrá otros intentos válidos, pero éste es el de los cuatro autores del libro.

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